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La Agencia Espacial Europea (ESA) ya tiene prepara su misión para estudiar la atmósfera de Marte. La misión ExoMars es un proyecto europeo con dos misiones: la primera, lanzada en 2016, está compuesta por un satélite para el estudio de gases traza en la atmósfera marciana (TGO), y un módulo demostrador de entrada, descenso y aterrizaje llamado Schiaparelli, el cual chocó con la superficie del planeta por un error en una de sus unidades lo que motivó la apertura de su paracaídas antes de tiempo.

La segunda misión es un vehículo de exploración, que será lanzado en julio de 2020 y que amartizará en marzo de 2021 con el objetivo, gracias a sus sofisticados aparatos, de tomar y estudiar muestras del suelo: aprender sobre Marte es fundamental para entender la historia del sistema solar y preparar futuras misiones humanas al planeta rojo.

Hoy, en la sede de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Villanueva de la Cañada, Madrid, se han reunido científicos y expertos -europeos, estadounidenses y rusos- vinculados a esta misión y a Mars Express, el otro proyecto europeo en el planeta rojo y que ahora cumple 15 años de “éxitos científicos”.

El satélite TGO para el estudio de gases traza está preparado para hacer ciencia, ha explicado en rueda de prensa Bernhard Geiger, científico de operaciones del equipo ExoMars, quien ha detallado que lo hará gradualmente: primero, empezará con actividades relacionadas con la ingeniería y luego, el 23 de marzo, comenzará un período de cuatro semanas en el que se constatará que sus instrumentos funcionan.

Tras tiempo sin encenderlos “hay que estar seguros de que están en perfectas condiciones”, ha apuntado este investigador. El TGO buscará indicios de metano y otros gases traza que pueden estar en la atmósfera marciana en pequeñas cantidades, datos que irá enviando a diferentes antenas, entre ellas la de Cebreros (Ávila).

La misión que constató por primera la existencia de metano en Marte fue Mars Express: tres grupos independientes de científicos publicaron en diferentes revistas, entre 2003 y 2004, las primeras observaciones de este gas que en la Tierra está ligado a la vida.

Luego, algunos telescopios en Tierra corroboraron su posible existencia, sin embargo, las señales que en su día se recibieron de Mars Express son “muy débiles”, ha recordado Miguel Ángel López Valverde, científico especialista en la atmósfera de Marte y co-investigador en estas dos misiones europeas, quien ha añadido que a día de hoy no hay explicación física que avale su existencia.

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