El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha impulsado la Iniciativa de Computación Estratégica Nacional, con la que pretende poner a su país en la vanguardia de la inversión internacional en supercomputación. El objetivo de este proyecto público es construir el ordenador más potente del mundo, desbancando de ese puesto privilegiado al Tianhe-2, el superordenador diseñado por el gobierno de China.
El superordenador que planea construir Estados Unidos será capaz de realizar un trillón de operaciones cada segundo, que se mide bajo el parámetro del exaflop, unidad de medida adecuada para calcular estas cifras astronómicas.
Esta supercomputadora permitirá analizar con una precisión mucho mayor los fenómenos meteorológicos, biomédicos o la administración big data; lo que será posible por su gran capacidad de computación. En la actualidad, Estados Unidos está construyendo tres superordenadores con una capacidad de 150 petaflops, que, por mucho que parezca, no es más que una sexta parte de lo que podrá computar el futuro superordenador. La escala de la capacidad computacional se mide, por este orden, en megaflops, gigaflops, teraflops y petaflops, además de los exaflops, que Estados Unidos espera hacer posible en los próximos años.
El proyecto será llevado a cabo por las agencias federales de energía y del ejército, así como por la Fundación Nacional para la Ciencia; que trabajarán codo con codo por primera vez en la historia. Entre ellas esperan poner en funcionamiento el superordenador no antes de 2022 o 2025. En breve, se anunciará el coste previsto del proyecto.
Los superordenadores de este tipo se basan tecnológicamente en la inclusión de más y más procesadores. El Thiana-2 de China funciona gracias a 6 millones de procesadores, muchos si los comparamos con un ordenador personal, que utiliza un solo procesador, pero casi nada en comparación con los 100 millones de procesadores que compondrán el sistema de computación de Estados Unidos. Un hardware así tiene el inconveniente de consumir grandes cantidades de energía.
