La tecnología está muy relacionada con el sector dental y hoy en día encontramos numerosas noticias sobre técnicas 3D aplicadas a los implantes dentales en Madrid, cámaras intraorales, etc. En el ámbito de la higiene dental, los cepillos eléctricos han alcanzado una gran popularidad en los últimos años, pero ¿en qué se diferencian de los tradicionales? ¿qué características imprescindibles deben tener? ¿los recomiendan los dentistas? Estas son solo algunas de las dudas que plantean los usuarios a la hora de decidirse por este dispositivo de limpieza dental.
Cuando nos planteamos adquirir un cepillo de dientes eléctrico vemos cómo existe una gran oferta de modelos disponibles en el mercado con diferentes rangos de precio y funcionalidades, desde los más sencillos hasta los dotados de las últimas innovaciones tecnológicas. De hecho, ya podemos encontrar cepillos eléctricos inteligentes con conexión bluetooth que permiten monitorizar el cepillado a través de aplicaciones móviles.
Sin embargo, sin tener en cuenta factores de gusto personal, los dentistas destacan que hay algunas características que resultan muy útiles para los usuarios y que sería recomendable tener en cuenta a la hora elegir modelo de cepillo eléctrico como, por ejemplo, que cuente con un sensor de presión para saber si cepillamos demasiado fuerte y un temporizador para saber si estamos cepillando en cada zona el tiempo adecuado.
Al igual que es recomendable renovar el cepillo de dientes tradicional cada tres meses o después de que nos realicen una limpieza bucal en la clínica dental, también debemos hacer lo mismo cuando utilicemos un cepillo eléctrico; en este caso sustituyendo el cabezal por uno nuevo, ya que sus cerdas también se desgastan y pierden eficacia con el tiempo.
Es muy habitual escuchar en los dentistas en madrid cómo los pacientes preguntan a los : ¿es mejor el cepillo de dientes tradicional o el eléctrico? Desde la clínica dental en Madrid Pilar Garrido, explican que no es más o menos recomendable utilizar un cepillo eléctrico frente a uno tradicional, ya que la clave es que el paciente escoja el método con el que se sienta más cómodo y le permita realizar una correcta y exhaustiva limpieza bucal, además de ser constante a la hora de mantener una rutina de higiene dental.
