centrifugadora

Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford en Estados Unidos ha ideado un método tan eficaz como barato para diagnosticar una gran cantidad de enfermedades, entre ellas la malaria.

Pues bien, dicho esto así, parece que podríamos estar ante cualquier avance médico que ocurren cada tanto. Lo sorprendente, y lo interesante desde el punto de vista de la tecnología, es que los científicos se han inspirado en un juguete que, según los arqueólogos, ya existía hace 5.000 de años.

El artilugio en cuestión es la conocida como centrifugadora, es decir, un utensilio consistente en un disco conectado a dos manillares por medio de una cuerda. Cuando se agitan estos dos manillares o empuñaduras, el disco central gira a gran velocidad.

En el momento de llevar la idea a efecto, los investigadores se enfrentaron al reto de encontrar un diseño de centrifugadora eficaz a la vez que barato. Fue entonces cuando llegó a su conocimiento un molinillo de juguete datado hacia el año 3.300 antes de Cristo.

Lo característico de ese molinillo es que estaba fabricado con papel. Y eso es lo que han aplicado los científicos de Stanford a su juguete médico. El uso es simple, basta con hacer girar los manillares para separar los diversos componentes de las muestras de sangre, por ejemplo. Los investigadores, dirigidos por el biofísico Manu Prakash, han demostrado que este artilugio es capaz de separar el plasma de la sangre en menos de dos minutos, así como de aislar los parásitos de la malaria en unos 15 minutos. Sorprendentemente, el juguete alcanza las revoluciones por minuto necesarias para hacer las veces de centrifugadora.

Lo mejor de todo es que la centrifugadora de papel no requiere electricidad. Además, no ocupa mucho espacio y apenas pesa. Por último, se trata de un utensilio barato, que apenas cuesta 20 céntimos de dólar.