cinta de correr

Sus genuinos retos le han otorgado la medalla de fenómeno deportivo y además lleva aparejada la palabra “solidario”. Esta vez su objetivo será entrenar en una cinta de correr durante 48 horas. Y por si esto fuera poco, ¡lo hará descalzo!

Daniel Aranda Sánchez. Así se llama este atleta catalán que deja sin habla a todo aquel que conoce su historia.

Sus arriesgados desafíos nacieron como apoyo a una buena causa: “Las ilusiones de Raul”, que tiene como finalidad la recaudación de fondos para el tratamiento de Raúl, un niño de 3 años que padece el Síndrome de Dravet, una enfermedad degenerativa que le hace convulsionar de manera continuada.

Daniel Aranda ya ha realizado varios retos por “Las ilusiones de Raúl”: después de realizar dos Ironman en días consecutivos -el primero de ellos descalzo- y varios intentos de Record Guinness en pista de atletismo, en 2014 se aventuró a correr descalzo durante 24 horas en una cinta de correr, inspirándose en el atleta etíope Abebe Bikila, quien ganó las Olimpiadas de Roma de 1960 realizando un maratón descalzo. Es lo que se conoce como barefoot, que requiere una técnica y condiciones físicas específicas debido a la dificultad y riesgo que conlleva para los pies correr sin protección.

Este atleta, sin embargo, no tiene límites, y tan solo utilizando vaselina como método para evitar las rozaduras y graves lesiones que podrían producirse, en este caso, por la fricción producida con la cinta de correr.

Ahora Daniel Aranda tiene en mente otro desafío: una carrera de 48 horas descalzo sobre una cinta de correr. Para ello, se sube diariamente a su cinta de correr durante sesiones maratonianas, llegando a entrenar durante más de 8 horas diarias. Durante este tiempo, Facebook se han convertido en un auténtico método de apoyo, ya que sus entrenamientos son transmitidos en streaming y puede leer los mensajes de aliento de sus seguidores, que le dan ánimos para seguir adelante.

Entrenamiento, esfuerzo y dedicación, así como una gran capacidad de control físico y mental es lo que definen a este atleta de 43 años. Una historia de superación que, sin duda, es todo un ejemplo.