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Un estudio de reciente aparición ha analizado estadísticamente diversos aspectos relacionados con nuestras costumbres en el envío y la recepción de emails o correos electrónicos, uno de los principales modos de comunicación usados por todos nosotros desde unas décadas a esta parte.

De acuerdo con este estudio, la tendencia en el uso del correo electrónico sigue al alza. Para ilustrar esta afirmación, basta con que reparemos en que, en un solo día de 2013, se enviaron unos 183.000 millones de mensajes electrónicos, siendo así que las previsiones apuntan a que en 2017 esta cantidad se incremente hasta los 207.000 millones. Estos datos responden a una estimación del grupo de investigación tecnológica Radicati.

Ahora bien, es común a todos los usuarios una pregunta recurrente. En efecto, por tratarse de un modo de comunicación asincrónico, en el que la pregunta y la respuesta no se suceden inmediatamente en el tiempo, el correo electrónico puede ser contestado en unos pocos minutos, en semanas, en meses o no ser contestado nunca. ¿Cuándo responderán nuestros emails enviados?

El año pasado, un grupo de expertos del Instituto de Ciencias de la Información de la University of Southern California, por una parte, y del Yahoo Lab, por otra, publicó un estudio sobre cuánto tiempo pasa entre el envío y la respuesta. Para ello, se analizaron 187 millones de emails enviados por unos dos millones de usuarios, que debían cumplir la condición de haberse comunicado con alguna otra no menos de cinco veces a lo largo de los meses que duró el experimento. Según los resultados de este estudio, si el remitente y el destinatario se conocen, lo más probable es que la respuesta llegue el mismo día del envío. A medida que avanza el día las respuestas son más concisas debido a la sobrecarga de emails en nuestros buzones electrónicos.

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