Se trataba de uno de los acontecimientos de 2016 más esperados en el mundo geek y, por qué no decirlo, entre el público en general. Lo cierto es que la presentación del iPhone 7 no ha dejado indiferente a casi nadie.
Una de las características del último móvil de Cupertino que ha dado más que hablar es que carece de entrada para auriculares en ninguno de sus estándares. Phillip Schiller, vicepresidente de marketing de Apple, ha justificado esa ausencia con el argumento de que «la conexión de audio analógica ha quedado obsoleta, aparte de que ocupa mucho espacio en el interior del dispositivo y no llega a ser tan versátil como las conexiones digitales».
El caso es que los ingenieros de Apple renunciaron a incluir una clavija para la conexión convencional de auriculares en los dispositivos móviles, el formato jack. Hay controversia sobre las razones de esta decisión, pero parece difícil de negar que en todo ello no haya algo de ese afán de singularidad que siempre ha caracterizado la firma de Cupertino.
Sin embargo, no hay que encender las alarmas, porque la firma de la manzana ya se ha apresurado a señalar que en el paquete de venta se incluyen unos auriculares que funcionan con el conector Lightning, un sistema creado por la propia Apple para aplicarlo a sus dispositivos móviles. Lightning, enteramente digital y provisto de 8 pines, sustituyó al anterior estándar de la marca, los conectores de 30 pines.
Pero en un futuro no demasiado lejano se atisba una nueva innovación: el uso de los llamados Airpods, una especie de auriculares inalámbricos que permitirán prescindir, claro está, de cualquier conexión cableada, algo que ya existe, sin ir más lejos, en los teclados y ratones para ordenadores, los conocidos como periféricos inalámbricos.
Según Apple, los auriculares Airpods se pondrán a la venta a partir del mes de octubre de este mismo año en el que estamos.
