La administración de Noruega planea construir una autopista en forma de túnel bajo el mar para conectar diversos puntos de su costa. Hablamos de la autopista costera E39, que en algunos de sus tramos incluye puentes flotantes y túneles subacuáticos para unir dos poblaciones a una distancia de 1.100 kilómetros.
En concreto, la autopista unirá las ciudades de Trondheim y Kristiansand, un recorrido que hoy en día solo se puede completar invirtiendo 20 horas en coche. Unos 30.000 millones de dólares estadounidenses es el coste previsto de esta obra de ingeniería civil tan gigantesca como innovadora. Parte de esa inversión se recuperará a través de un peaje, cuya tarifa aún no se conoce.
La Administración Pública de Caminos de Noruega, encargada de dirigir las obras, prevé tenerlas acabadas en 2035. De esta manera, el trayecto de sur a norte y de norte a sur por los fiordos se podrá realizar en menos tiempo y, claro está, con menos costes para todos los vehículos que lo transiten. Será beneficioso también para la economía del país, pues permitirá agilizar el transporte comercial.
Según declaraciones a la BBC de Kjersti Kvalheim Dunham, de la Administración Pública de Caminos de Noruega, «aunque la mayor parte del recorrido está conformado por carreteras comunes, lo extraordinario de este proyecto son los puentes y los túneles especiales que planeamos construir. Estos son la mejor solución que hemos encontrado para atravesar esa gran cantidad de fiordos, con las fisonomías más variadas que uno se pueda imaginar».
Los tramos de túnel bajo el mar estarán sumergidos unos 30 metros y constarán de dos grandes cilindros de cemento, por los que discurrirán dos carriles. Por su parte, los puentes se asentarán sobre pilotes flotantes, anclados con cables de acero.
El primer túnel subacuático del trayecto espera construirse en el verano de 2017. De momento, solo se ha asfaltado un pequeño tramo de carretera común cerca de Bergen.