Haboo Knoch, historiador alemán, y Paul Verschure, psicólogo y neurólogo holandés, se han propuesto reconstruir en tres dimensiones los campos de concentración que levantaron los nazis en la II Guerra Mundial. Quieren representar digitalmente los 100 campos de concentración y exterminio de la última guerra a escala planetaria.
Estamos llegando a un tiempo en el que los últimos supervivientes de la II Guerra Mundial van desapareciendo por su avanzada edad. Con ellos se va la memoria viva del horror nacionalsocialista. Por ello, cada vez se hace más necesaria la tecnología para hacer presente aquellas atrocidades, de manera que su recuerdo nos impida volver a cometer los mismos errores.
Knoch y Verschure son los promotores del proyecto Future Memory Foundation, cuya actividad principal consiste en la reconstruir digital, en tres dimensiones, de los campos de concentración y exterminio administrados por los nazis en la II Guerra Mundial. El objetivo es crear un testigo eterno de lo sucedido entre 1939 y 1945 para que las generaciones que están por venir puedan percibir espacialmente lo ocurrido.
Cada recreación digital de uno de los campos requiere una inversión de unos 50.000 euros y entre uno y cuatro meses de diseño y desarrollo informático. Si el proyecto adquiere el presupuesto necesario, la idea es extender las reconstrucciones a los guetos, los centros de tortura y los cuarteles de la Gestapo, la policía secreta de la Alemania nazi.
Para llevar a cabo estas reconstrucciones, es preciso investigar en documentos históricos y, a ser posible, contar con los testimonios de los protagonistas. Algo cada vez más difícil por la escasez de supervivientes y de documentos que describan la estructura y organización de los campos, muchos de los cuales fueron arrasados durante la contienda. De ahí que en la actualidad se estén realizando excavaciones arqueológicas en campos como el de Sorbibor, en Polonia.
En 2012 Knoch y Verschure publicaron la representación digital en 3D del campo de concentración situado en Bergen-Belsen. Y entregan a los turistas que visitan hoy el campo un iPad en el que pueden visualizar el estado original de las instalaciones: barracones, alambradas, el patio, etc.