Los avances tecnológicos están haciendo nuestras vidas cada vez más fácil. Sin embargo, también ponen en riesgo nuestra privacidad y nuestra seguridad. La publicación masiva de datos en la red y el desconocimiento del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ponen en entredicho en muchas ocasiones que las nuevas tecnologías hagan nuestra vida mucho más confortable.

Cada día se experimenta con nuevas formas de proteger nuestra identidad tanto online como offline. Investigadores de la Binghamton State University de Nueva York creen que el corazón podría servir en un futuro como contraseña para proteger nuestros datos médicos.  Al medir la actividad eléctrica del corazón, los estudiosos dicen que podrían cifrar los registros de salud de los pacientes.

Para Zhanpeng Jin, coautor del documento donde se explica esta investigación, «ha habido muchas técnicas de cifrado disponibles pero el problema es que se basan en algunos cálculos aritméticos muy complicados y generaciones clave aleatorias».

Todavía siguen existiendo muchas barreras e inconvenientes para que esto pueda llevarse a cabo, ya que según Zhanpeng Jin “el cifrado ECG no ha sido ampliamente adoptado es porque generalmente es más sensible y vulnerable a las variaciones que algunas otras medidas biométricas”.