Una jueza ha ordenado la suspensión del servicio de Whatsapp en todo Brasil como medida sancionadora a la empresa, que se había negado a colaborar en una investigación contra un supuesto narcotraficante. La medida afectó a todos los usuarios brasileños.
La jueza del Estado de Sao Paulo emitió una orden judicial para que los operadores telefónicos del país cancelasen el sistema de mensajes instantáneos en todo Brasil durante 48 horas. El motivo fue que la compañía, comprada por Facebook en 2014 por 22 billones de dólares, se había negado a colaborar en una investigación. Concretamente, no quiso facilitar unos datos relativos a las conversaciones por Whatsapp de un presunto narcotraficante.
Los efectos de la decisión judicial se prolongaron a lo largo de 13 horas, durante las cuales los usuarios de todo Brasil no pudieron hacer uso del sistema de mensajes más popular en el país. La medida fue anulada por otro juez, que no consideró razonable la medida arbitrada por su colega basándose en la idea de que millones de brasileños no podían ser las víctimas de la falta de colaboración de la compañía de Facebook. La orden emitida por la jueza perjudicaba más a los usuarios que a la compañía.
Esto alteró los hábitos cotidianos de muchos brasileños, que en numerosos casos utilizan la aplicación para realizar su trabajo. Por ello, Telegram, competidora de Whastapp en este tipo de mensajería con teléfonos inteligentes, comunicó a través de su cuenta de Twitter que, en las primeras horas de la suspensión de su rival, un millón y medio de brasileños se descargaron su aplicación.
Pero los especialistas consideran que la medida adoptada por la jueza es peligrosa en el sentido de que, además de resultar desproporcionada, puede atentar contra el Marco Civil de Internet, un conjunto de leyes brasileñas que se aprobó con el objetivo de proteger los derechos fundamentales en el ámbito de Internet.
