España se consolida como líder digital y apuesta por el deep tech como eje estratégico
España se consolida como líder digital y apuesta por el deep tech como eje estratégico

España vive un momento histórico en su transformación digital. El valor del ecosistema de startups ha alcanzado los 110 000 millones de euros en 2025, duplicando su tamaño en apenas cinco años. Solo en el último año, las startups españolas captaron cerca de 2 000 millones de euros en inversión, posicionándose como el séptimo mercado europeo por volumen y cuarto por número de rondas cerradas. Este crecimiento ha convertido al país en un destino atractivo para fondos internacionales, especialmente en sectores como inteligencia artificial y tecnologías limpias, que ya acumulan más de 300 millones de euros de inversión cada uno.

El auge del ecosistema innovador cuenta con un fuerte respaldo institucional. El Centro para el Desarrollo Tecnológico e Innovación (CDTI) dispone de un presupuesto cercano a los 2 000 millones de euros para 2025, destinados a impulsar la I+D empresarial. De esta cifra, 800 millones se canalizarán a través del vehículo de inversión Innvierte, con especial atención a biotecnología, IA, tecnología climática y espacial. Además, se han reservado 300 millones para financiar proyectos de tecnología profunda y transferencia tecnológica desde el entorno académico.

Una de las grandes apuestas es la convocatoria Innvierte Deep‑Tech Tech Transfer, diseñada para respaldar fondos especializados en el desarrollo de spin‑offs universitarias y startups que surjan de centros de investigación. Esta iniciativa tiene como objetivo reducir la brecha entre ciencia e industria, y posicionar a España como uno de los grandes polos de innovación tecnológica profunda en Europa.

El contexto es especialmente favorable gracias a una infraestructura digital sólida. España figura entre los países líderes de Europa en cobertura de fibra óptica, que alcanza al 95 % de los hogares, y en despliegue de redes 5G, con una cobertura superior al 95 %. Además, es uno de los países con mayor número de nodos edge, lo que refuerza su capacidad para ofrecer servicios de baja latencia clave para nuevas tecnologías como IoT, cloud o vehículos conectados.

En términos de capital humano, el país supera la media europea en competencias digitales básicas y especialistas TIC. Más del 66 % de la población posee conocimientos digitales esenciales, y el número de profesionales del sector tecnológico crece por encima del ritmo de la media europea. Las titulaciones universitarias vinculadas a informática también están en alza, contribuyendo a reforzar el tejido productivo digital.

En cuanto a hubs regionales, Madrid y Barcelona siguen liderando la atracción de capital y talento, pero otras ciudades como Valencia, Málaga y San Sebastián ganan protagonismo con ecosistemas locales dinámicos, incubadoras tecnológicas y eventos internacionales. Málaga, en particular, ha captado inversiones relevantes y centros de referencia, consolidándose como nodo emergente con un alto potencial de crecimiento.

Aunque el país ya cuenta con 17 unicornios activos, el siguiente reto es atraer inversiones superiores a los 100 millones por ronda y escalar más startups hacia modelos globales. El entorno, sin embargo, es favorable: el cruce entre financiación pública, despliegue tecnológico y talento ofrece un marco propicio para que España afiance su papel como referencia en el sector deep‑tech europeo.

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