El Ministerio del Interior británico (Home Office) quiere obligar a los proveedores de servicios de Internet y operadores móviles a instalar un sistema de control de tráfico de voz y de datos que pasa por sus redes.
Toda la información registrada en una «caja negra» (Black Box) se mantendría durante un año. Esta sería la principal consecuencia de un proyecto de ley que se debate en el Parlamento británico que, de aprobarse, daría lugar a un tipo de vigilancia más invasiva.
El gobierno británico había informado anteriormente cómo las compañías de telefonía serían capaces de separar el contenido de los mensajes y otros datos como remitente, destinatario y fecha.
En una reciente reunión, el Ministerio del Interior ha proporcionado a los operadores de redes móviles e ISP de un tipo de hardware específico que se utilizará para controlar el tráfico.
Cuando un usuario utiliza un webmail como Gmail, la página Web completa se cifra y se envía al Ministerio por una caja negra para descifrar el mensaje, separando el contenido del resto de los datos.
El propósito de la Ley es capturar criminales de poca monta que utilizan las nuevas tecnologías para poner en práctica sus planes, pero los expertos han planteado muchas preguntas sobre el dispositivo de seguridad que podría convertirse en un objetivo para los hackers.
Además de las cuestiones de privacidad y seguridad, un representante de la asociación señaló que el tráfico de ISP que se filtra a través de la Black Box, sin dudas causará una reducción en la velocidad de conexión. El hardware sólo puede manejar una cantidad limitada de datos por segundo, por lo que será imposible controlar el streaming de vídeo.
Un portavoz del Ministerio del Interior ha declarado que si la ley es aprobada por el Parlamento, los ingenieros del gobierno trabajarán juntos para encontrar la mejor solución para los ISPs.
Teresa A.
