Cada vez son menos las excusas que podemos alegar para resistirnos a aceptar las energías renovables. Ya ni siquiera nos queda el pretexto de que las energías renovables son siempre más caras que las convencionales. Pues bien, esto no es así en numerosos países del planeta entero.
Acabamos de saber, por ejemplo, que la energía solar es la fuente energética más barata en casi sesenta países, lo que ha sido posible gracias a su abaratamiento a lo largo de 2016 en nada menos que un 75%, de acuerdo con los datos presentados en Climatoscope 2016, como podéis ver en este vídeo. A su vez, esta rebaja en los costes de la energía solar ha sido posible gracias a diferentes adelantos tecnológicos. No obstante, hay un aspecto negativo en todo este hecho. Nos referimos al problema del calentamiento global. En efecto, el aumento de las radiaciones solares también se encuentra entre las causas que reducen el precio de la energía solar.
En cualquier caso, cada vez se hace más evidente que invertir en energía solar no solo sale a cuenta si adoptamos una visión a largo plazo. Nada más lejos, porque también resulta rentable a corto plazo. Esto se explica porque las invertir en construir instalaciones de energía solar va significando un desembolso menor. Una conclusión así se desprende, por ejemplo, del último informe de Bloomberg sobre industria energética, un estudio que podéis consultar en este enlace.
Entre los datos más elocuentes de dicho informe destaca el referente al hecho de que, en la actualidad y en casi sesenta países emergentes, invertir en energía solar promete, desde el primer momento, más rentabilidad que desarrollar la industria del carbón, del gas, la nuclear o demás fuentes no renovables. Se calcula que en esos países producir un megavatio hora apenas cuesta 1.650.000 dólares, un puñado de dólares por debajo del coste de la energía eólica.
