De unos años a esta parte, las misiones extraterrestres parecen enfocarse, no ya en la Luna, sino en Marte. El planeta rojo protagoniza ahora los intereses de los astrónomos y científicos aeroespaciales. Y este interés no está presente solamente en la NASA, sino también en las agencias europeas. Prueba de ello es el lanzamiento de la sonda Exomars, que, como su propio nombre indica, se dirige a Marte.
Exomars ha sido puesto en órbita desde la base de Baikonur, en Kazajistán, después de ser impulsado por un cohete Proton Briz-M Phase III. Es la primera vez, desde 1996, que se utiliza un cohete así en un lanzamiento al espacio. Así mismo, se trata de la primera misión de un proyecto que tendrá una segunda fase y que está siendo llevada a cabo por la agencia aeroespacial de Rusia (Roscosmos) y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
El primer Exomars, equipado con el orbitador Trace Gas Orbiter y con el módulo de aterrizaje Schiaparelli, tiene la misión de ensayar el proceso de aterrizaje que se encargará de repetir el segundo Exomars, cuyo lanzamiento está previsto para 2018 y que transportará un rover y una plataforma científica a este planeta. Este será el Exomars 2018.
La plataforma, por su parte, tiene la misión de excavar la superficie de Marte hasta dos metros de profundidad. La tierra recogida será analizada posteriormente con la ayuda de un espectrómetro infrarrojo.
Mientras tanto, el Trace Gas Orbiter irá midiendo durante los próximos cinco años los niveles de metano en el suelo de Marte. Se espera que esto suceda a partir del próximo mes de octubre, cuando la sonda Exomars tome tierra en Marte y el lander Schiaparelli descargue el aparataje.
Exomars 2016 tiene unas dimensiones de 3,2 x 2 x 2 metros, así como una envergadura de 17,5 metros.