Un equipo de investigadores de la Universidad de Brown, en Rhode Island, Estados Unidos, ha diseñado un modelo para crear cerebros artificiales capaces de funcionar a la manera de un cerebro humano. Hay que decir, no obstante, que se trata de un tipo de cerebro que no puede pensar. El método desarrollado por este grupo de investigadores reproduce una esfera de tejido cerebral, es decir, del sistema nervioso central.
Decir que este cerebro artificial funciona pero no piensa se explica si tenemos en cuenta que sus elementos no reflexionan, aunque establecen sus propias conexiones neuronales produciendo señales eléctricas por su cuenta. El estudio científico ha sido publicado en la revista Tissue Engineering.
La utilidad de este método reside en el hecho de que constituye un buen banco de pruebas para la investigación neurobiológica en 3D. Además, los investigadores aseguran que se trata de un procedimiento más asequible y menos costoso que los hasta ahora conocidos. Esta mayor facilidad de fabricación es lo que singulariza este modelo. De hecho, los autores calculan que el precio de coste de este cerebro artificial apenas alcanza los 25 centavos. Además, este modelo de laboratorio también reducirá la experimentación con animales, un objetivo ético que debemos cumplir lo antes posible.
Este modelo de cerebro puede confeccionarse a base de células aisladas mediante centrifugación, que servirá para cultivar nuevas células a partir de un molde de agarosa en forma de esfera. Pasado un día, ya se empiezan a formar las primeras esferas de tejido cerebral. Pero estos cerebros artificiales están hechos a escala, pues su diámetro es de un tercio de milímetro.
Algunas de las propiedades de estos mini cerebros son las siguientes: actividad eléctrica, diversidad celular, densidad natural, 3 dimensiones, estructura física y longevidad. Por todo ello y por lo barato del modelo, los autores esperan que su uso se extienda a numerosos laboratorios de neurociencias.