biomasa

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La utilización de una caldera de biomasa puede ayudarnos a ahorrar hasta el 50% del coste de combustible y reducir las emisiones a la atmósfera en hasta un 60% de CO2 al año.

Para tomar la decisión de instalar una de estas calderas en nuestros hogares debemos tener en cuenta también otros aspectos como, por ejemplo, dónde la vamos a ubicar, ya que la caldera de biomasa necesita un silo para el almacenaje del combustible, y este debe situarse en un lugar próximo a la caldera para que el tornillo sinfín pueda recoger el combustible y llevarlo hasta ella. Es muy importante que sepamos dónde vamos a situar el silo de almacenamiento antes de proceder a la instalación, puesto que ello condicionará la ubicación de la propia caldera.

Respecto a su funcionamiento, la caldera de biomasa posee un quemador (brasero) de combustible, donde se quema este y se genera la llama, dando lugar a la combustión que produce el calor que es transmitido al circuito de agua de la caldera. De esta manera se consigue calentar el agua que alimenta los radiadores o el suelo radiante y, por otra parte, también obtenemos el agua caliente sanitaria (ACS) para nuestro propio uso y consumo.

Con respecto al procedimiento, primero se carga una pequeña cantidad de pellets que el tornillo sinfín lleva hasta el cenicero y prende. Cuando el sensor detecta fuego se arranca la ventilación y empieza el quemado masivo de combustible. El consumo dependerá de las necesidades de nuestra vivienda o de la superficie que queremos calentar.

Por otro lado, el mantenimiento de estas calderas es mínimo y tan solo habría que realizar una limpieza periódica de los siguientes componentes:

  • Intercambiadores: para limpiar las partículas que pueden depositarse sobre su superficie basta con accionar la palanca de limpieza. De esa manera, todas las partículas que pudieran estar adheridas a los tubos caen al cajón de cenizas. Esta acción se puede realizar siempre que se quiera, pero con un mínimo de una vez por semana.
  • Cajón de cenizas: consiste básicamente en tirar las cenizas que se depositan durante la combustión del pellet al cubo de la basura.
  • Quemador: el combustible sólido puede ocasionar costras procedentes de combustible no quemado o de materiales ajenos al combustible. Se puede repasar con una pequeña espátula si fuera necesario.

Con estas sencillas operaciones de limpieza ordinaria, que en total pueden suponer unos 5 minutos al mes, tu caldera de biomasa puede funcionar sin problemas durante toda su vida útil.

Sin embargo, una vez al año, el Servicio Técnico Oficial deberá supervisar el correcto funcionamiento de la caldera y realizar, además, una limpieza extraordinaria. A continuación indicamos las intervenciones a realizar en este proceso:

  • Limpieza del haz de tubos de la cámara térmica
  • Limpieza del colector – extractor de humos
  • Limpieza de las juntas de la puerta de la cámara y del cenicero
  • Limpieza de la chimenea y del tubo de humos
  • Revisión de la capacidad de tiro. Puede producirse una falta de tiro al ser la chimenea de diámetro inferior al que necesita la instalación.

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