Las máquinas fitness para urbanizaciones ya no están restringidas solo a viviendas de lujo. Y es que cada vez son más las que se apuntan a crear espacios deportivos para el uso de la comunidad, dotando a los pisos de un valor añadido.
Al contrario que hace dos décadas donde las zonas comunes estaban consideradas un recurso solo al alcance de las zonas de alto standing, ya casi todas las urbanizaciones cuentan con espacios fitness gracias a que tiendas especializadas en material deportivo como Johnson Fitness ponen a disposición de las mismas el equipamiento y el asesoramiento personal necesario para que el proceso de la elección de las dotaciones y el mantenimiento posterior se realice de la manera más adecuada.
El creciente sector de las zonas comunes dedicadas a la salud permiten realizar actividades en familia y aumenta la sociabilidad sin salir de casa. Esto es también un reflejo del cambio social que se ha producido en las últimas décadas, donde los adultos prestan una mayor atención al físico a la vez que han visto reducido su tiempo de ocio, haciendo necesaria la optimización del mismo.
Además, al contrario de que lo pueda parecer, la repercusión sobre el gasto familiar en lugar de incrementarse, se reduce: además de ganar en comodidad, se gana en ahorro. A través de la creación de zonas comunes deportivas, el gasto se reparte entre los vecinos, de modo que una familia media de cuatro personas puede llegar a ahorrar hasta 3.000 euros al año, que es el cálculo aproximado que le supone a una familia acudir al gimnasio.