Un grupo de ingenieros ha diseñado un nuevo sistema de conexión inalámbrica wifi que va a suponer un adelanto en cuanto a la duración del aparato y el consumo de electricidad.
El equipo de ingenieros y físicos capitaneados por dos doctorandos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han conseguido desarrollar un wifi que tiene la novedad de consumir menos energía. Hablamos de una innovación importante en la medida en que, según las previsiones, al final de 2016 habrá en el mundo unos 6.400 millones de aparatos conectados a la red, lo que supone un consumo ingente de electricidad. Por tanto, estamos ante un avance positivo desde el punto de vista de la sostenibilidad del planeta.
El grupo de investigadores de la Universidad de Washington ha creado un modelo de wifi que solo requiere una diezmilésima de la electricidad consumida por los sistemas conocidos de menor consumo. Lo han llamado el wifi pasivo y consiste en sustituir las señales emitidas a través del router por las ondas de radio que rebotan cuando tenemos conectado el wifi.
Para aprovechar estas ondas de radio han incorporado un chip específico que transmite los datos sobre la reflexión de esas ondas en vez de generarlas a partir de la fuente de energía. Esto supone una menor provisión eléctrica, por supuesto, ya que se reutilizan ondas ya existentes. El fenómeno se conoce en términos físicos como retrodispersión.
Los experimentos han sido realizados con el estándar wifi 802.11b, una variedad muy común que, sin embargo, no admite un gran ancho de banda. Y el equipo ya está trabajando para aplicar estos experimentos con éxito en otros tipos de sistemas wifi. Pero lo más difícil, convertir en rebotables las señales de wifi que transportan información, ya lo han conseguido.
Este grupo de investigadores ya ha anunciado que va a constituir una startup con el objetivo de comercializar su invención.
