En marzo de 1989, Tim Berners-Lee, un científico que trabajaba en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), presentó una propuesta para desarrollar una nueva forma de vinculación e intercambio de información a través de Internet. El documento fue titulado ‘Gestión de la Información: una propuesta’ y, con él, nació la web.
Tras este primer documento, Berners-Lee trabajó para hacerlo realidad. Al año siguiente usó un NeXTcube como el primer servidor web del mundo y también escribió el primer navegador web, WorldWideWeb (www) en 1991. En las Navidades del mismo año había creado todas las herramientas necesarias para que una web funcionase: el primer navegador (el cual también era un editor), el primer servidor web y las primeras páginas web que al mismo tiempo describían el proyecto.
El gran avance de este científico fue unir hipertexto e Internet. En su libro ‘Weaving the Web’, explica que él había sugerido repetidamente que la unión entre las dos tecnologías era posible para miembros de las dos comunidades tecnológicas, pero como nadie aceptó su invitación, decidió hacer frente al proyecto él mismo.
World Wide Web tenía algunas diferencias de los otros sistemas de hipertexto que estaban disponibles en aquel momento: sólo requería enlaces unidireccionales en vez de los bidireccionales, lo que hacía posible que una persona enlazara a otro recurso sin necesidad de ninguna acción del propietario de ese recurso; y que, a diferencia de sus predecesores –como HyperCard– era no-propietario, haciendo posible desarrollar servidores y clientes de manera independiente y añadir extensiones sin restricciones de licencia.
Con los años, Berners-Lee se unió a su colega belga Robert Cailliau y ambos trabajaron en este sistema. Finalmente, en 1993, el CERN puso el software World Wide Web en el dominio público e hizo la siguiente versión disponible con una licencia abierta, como una forma más segura para maximizar su difusión.
A través de estas acciones, acercando el sistema de manera gratuita al usuario y creando un navegador básico y una biblioteca de código, la web pudo prosperar hasta hacerse tan popular como lo es actualmente.
Ahora, Berners-Lee es presidente del World Wide Web Consortium(W3C) y la Fundación World Wide Web y está poniendo en marcha una serie de iniciativas para conmemorar el 25 aniversario de la propuesta original. Concretamente, se ha lanzado el programa ‘La web que queremos’, una campaña para promover un diálogo global y el cambio en las políticas públicas para garantizar que la web sigue siendo un medio abierto, gratuito y accesible.