Lo que vemos gran parte de los internautas cuando navegamos por internet solo es la punta del iceberg de la red de redes. Hay un internet profundo (deep web) que, según algunos expertos, es unas quinientas veces más grande que el internet usualmente conocido. Pues bien, en este artículo vamos a hablarte de algunas de las puertas de acceso a ese internet profundo.
Lo primero que tenemos que saber cuando accedemos a las profundidades de la red de redes es que en ella nuestra identidad debe diluirse en el anonimato. Solo navegaremos por el internet oscuro con una identidad cuando queramos hacerlo.
Lo característico de la deep web es que la mayor parte de los buscadores habituales no muestran su localización en los rastreos que lanzamos cuando escribimos un texto en el cuadro de búsqueda. Además, se trata de un espacio que cuenta con su propio dominio, a saber: .onion, nombre elegido por la relación entre las capas de una cebolla y las cortinas que envuelven este espacio cibernético. Por último, es importante saber que las webs que conforman lo profundo de internet están al margen de los controles y filtros que imperan en la superficie de la red.
Otra característica importante de la deep web es que se trata de unas aguas por las que se navega de una manera muy lenta. La razón de ello es que el anonimato exige que nuestra IP se desplace azarosamente de nodo a nodo, es decir, de capa a capa de cebolla.
Por tanto, para acceder a la web profunda necesitamos unos buscadores distintos de los convencionales. Uno de ellos es el navegador TOR, es decir, The Onion Router. Instalamos TOR y, al lanzar una búsqueda con él, encontraremos los portales alojados en las profundidades de internet.
Ahora bien, puede que el contenido que busquemos tampoco se muestre en las primeras búsquedas. Para afinar la búsqueda tenemos a disposición The Hidden Wiki, un repositorio de enlaces organizados por temas o categorías.
