En 1929 el teórico húngaro Frigyes Karinthy formuló la teoría de los seis grados de separación, según la cual cualquier individuo está conectado con cualquier otro a través de una cadena de conocidos que no supera los cinco eslabones. Es decir, está conectado con y a través de cinco conocidos intermedios.
Pero está claro que Karinthy no conocía internet porque este no se había inventado aún, pero la aparición de este adelante tecnológico ha conseguido que nos replanteemos su teoría. Internet ha reducido el tamaño del mundo, por así decirlo. A ello han contribuido en gran medida las redes sociales por su capacidad para multiplicar las relaciones interpersonales. De esta manera, los eslabones que hoy tenemos que atravesar para establecer una relación entre dos desconocidos serán menos que en 1929. Vivimos en un mundo globalizado y en una aldea global gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Los últimos estudios y las investigaciones más recientes han profundizado en la teoría de Karinthy a la luz del nuevo escenario instalado por internet y las redes sociales. Muchos de estos estudios han coincido en reducir los seis grados de la cadena a cuatro. A día de hoy, gracias a las redes sociales y a los avances en comunicación, solo habría tres eslabones entre dos desconocidos escogidos al azar.
Un par de investigaciones pertenecientes a la National Chiao Tung University de Taiwán publicaron un artículo en 2013 que cifraba esa cadena entre usuarios de las redes sociales a 3,868 intermediarios. Se trata de una conclusión bien fundamentada pues utilizaron una muestra integrada por poco menos que mil millones de personas.
Entre las redes sociales que más contribuyen a la intercomunicabilidad se encuentran Facebook, Instagram, Twitter, Linkedin, etc. Todas ellas sugieren otros usuarios con los que podemos tener algún tipo de relación por contactos o intereses comunes. Establecen, además, conexiones en los ámbitos de la vida social y profesional.