Como todas las aplicaciones digitales, Spotify recopila los datos de sus usuarios, desde los datos de ingreso hasta las preferencias en el uso de la herramienta. Ese no es problema, hasta ahora, sino qué puede hacer la compañía con toda esa valiosa información.
El Reglamento General de Protección de Datos, o “GDPR” de la Unión Europea, impuso controles adicionales y la app de música en streaming se adapta el 25 de mayo con sus políticas de privacidad.
Spotify ya adelantó de qué se tratan sus nuevas medidas. Los derechos de los usuarios son los siguientes:
-Solicitar acceso a los datos personales que procese Spotify.
-Solicitar que se corrija o actualicen los datos personales.
-Solicitar que se eliminen los datos personales.
-Oponerse a que los datos personales se procesen para fines de marketing directo.
-Solicitar una copia de los datos personales en formato electrónico.
-No estar sujeto a la toma de decisiones automatizadas.
En la configuración de privacidad, en la página de Spotify, el usuario podrá realizar diferentes tareas sobre estos aspectos.
Pero, la app podrá usar algunos de los datos, si se le concede. Por ejemplo, los datos personales podrían ser ocupados por aplicaciones de terceros, la comunidad de soporte, artistas o sellos discográficos.
También tendrá derechos para compartir la información en varias categorías de destinatarios: proveedores de servicios; socios de Spotify; investigadores académicos; empresas del Grupo Spotify; autoridades de seguridad y autoridades de protección de datos; y compradores. La firma argumenta por qué puede hacerlo en cada caso.
De todas maneras, Spotify garantiza que entregará “un aviso antes de que sus datos personales sean transferidos al comprador o queden sujeto a una política de privacidad diferente”.