Si bien WhatsApp es la aplicación de mensajería instantánea más popular del mundo casi desde su aparición, eso no significa que no hayan ido apareciendo otras que, en su momento, intentaron competirle. Una de las que más notoriedad alcanzó en su apuesta fue Kik Messenger, conocida simplemente como Kik, la que ahora se convierte en noticia porque acaba de confirmar su cierre definitivo.
Como es de esperarse, cuando en segmentos de aplicaciones hay algunas que dominan del modo en el que lo hace la propia WhatsApp, pero también Telegram y otras asiáticas, las opciones se reducen para las demás. Esto es lo que pasó con Kik, que poco a poco fue perdiendo los usuarios sobre todo jóvenes que supo ganar, y que ahora se ha convertido en poco más que un cementerio de perfiles abandonados.
Lo cierto es que no había que Kik pudiera envidiarle a WhatsApp y las oteas gigantes de su categoría, pero cuando una app de mensajería comienza a quedarse sin usuarios, la suerte está prácticamente echada para ella. De nada sirve que podamos enviar documentos, que tengamos acceso a grupos, que no haga falta usar el número de teléfono para registrarse y otros detalles, a sus desarrolladores sólo les queda buscar nuevos rumbos.
Y eso es justamente lo que ha ocurrido en esta ocasión, como manifestó el CEO de Kik, Ted Livingston, en un posteo del servicio Medium, donde adelantó que el final de Kik es un hecho, y que se centrarán a partir de ahora en su criptomoneda Kin, la cual esperan que les retribuya mejor económicamente sin requerir tanto esfuerzo.
