Ese entorno tan familiar y accesible que encontramos cada vez que conectamos un ordenador personal fue en su tiempo una interfaz rudimentaria provista apenas de unas pocas funcionalidades. La primera versión de Windows se dio a conocer al gran público allá por el año 1985. Pero por rudimentaria que nos parezca ahora, aquella aparición del sistema operativo supuso un cambio poco menos que revolucionario.

La primera versión de Windows, Windows 1.0, supuso un salto cuantitativo importantísimo. Los comandos de MS-DOS se sustituyeron por el uso del ratón y conocimos las ventanas y los cuadros de diálogo. Como decimos, aquella interfaz de Windows 1.0 se caracterizaba por su sencillez y austeridad. Cada una de las ventanas, que no se podían apilar, ocupaba necesariamente un espacio en la pantalla. Pero la idea de las ventanas no fue original de Windows, que en realidad la había tomado prestada de Xerox. Por otra parte, Windows dejó atrás el uso de los comandos MS-DOS y los reemplazó por el manejo del ratón.

La instalación de Windows 1.0 requería dos diskettes, 256 kb de memoria y una tarjeta gráfica. Aquella versión incorporaba accesorios básicos como el bloc de notas, Microsoft Write, Paint, un reloj, un calendario, un juego y una calculadora. Por operar sobre la base de MS-DOS, hay expertos que aseguran que no podemos hablar de Windows 1.0 como de un sistema operativo autónomo, como lo serían las versiones posteriores. Microsoft entraba de esa manera en la competencia comercial por el software comercial, rivalizando así con IBM y Apple.

Bill Gates, que en 1985 tenía apenas 30 años, y  su socio Paul Allen tuvieron el acierto de crear un software que era compatible con todos los equipos informáticos existentes en aquel momento. Tras Windows 1.0, vinieron Windows 2.0, Windows 3.0, Windows NT, etc. etc. así hasta llegar a la versión actual, Windows 10.

Dejar respuesta: