El Departamento de Justicia de Estados Unidos podría investigar a Apple y cinco editoriales del país por fijar precios para la distribución de libros electrónicos, lo que iría en contra de las normas antimonopolio.
La justicia de Estados Unidos parece que seguirá los pasos emprendidos por la Comisión Europea, que a principios de diciembre de 2011 confirmó la apertura de una investigación contra Apple y varias editoriales por fijar precios. La portavoz de Competencia de la Comisión Europea, Amelia Torres, aseguró que la Comisión investigaría si las editoriales y Apple habían «concluido acuerdos o llevado a cabo prácticas con el objetivo o el efecto de limitar la competencia y de fijar el precio de los libros electrónicos».
Los temores de la Comisión Europea se han extendido y ahora es el Departamento de Justicia de Estados Unidos el que parece haber detectado irregularidades en el comportamiento de Apple y cinco editoriales del país. Según el diario The Wall Street Journal, la justicia estadounidense se habría puesto en contacto con las compañías para avisarlas sobre futuras acciones legales en su contra por haber pactado precios.
Según el rotativo estadounidense, las editoriales que habrían pactado los precios junto a Apple serían Simon & Schuster Inc, Lagardere SCA’s Hachette Book Group, Pearson PLC’s Penguin Group (USA), Macmillan y HarperCollins Publishers. Ninguna de las compañías supuestamente implicadas ha realizado declaraciones, aunque según TWSJ varias han comenzado vías de conversación para buscar un acuerdo.
El pacto entre las compañías parece que se remontaría a las fechas previas al lanzamiento del primer iPad, en 2010. Las investigaciones realizadas sobre el posible delito apuntan a que Apple habría propuesto a las compañías llegar a un acuerdo sobre el precio de venta de los libros electrónicos, con vistas a empezar su comercialización en el iPad.
Hasta ese momento, la distribución de libros electrónicos se realizaba con un acuerdo entre los editores y las compañías que se encargaban de la venta. El pacto básicamente se basaba en dar el 50 por ciento del precio de venta de cada libro electrónico a los editores. De esta forma, las tiendas o negocios ponían el precio.
Dado que en 2010 el negocio del libro electrónico estaba despegando, muchas tiendas como Amazon decidieron apostar por lanzar ofertas de los títulos para atraer a los usuarios. De esta forma, los editores percibían el 50 por ciento de una cantidad inferior a lo que esperaban.
Según The Wall Street Journal, Apple -en ese momento bajo órdenes de Steve Jobs-, ofreció una alternativa a los editores. La compañía propuso cambiar el sistema, de forma que los editores pondrían el precio y no la tienda, que en el caso de Apple se quedaría con un 30 por ciento del precio marcado y acordado por los distintos editores.
Con este sistema, parece que se obligó a las tiendas que ofrecían precios más ajustados a ceñirse a este sistema, o de lo contrario se quedarían sin editores. Por este motivo, los precios de compañías como Amazon se vieron obligados a cambiar y adecuarse a los pactados por los editores más importantes.
Con este pacto, los editores señalados por la justicia, junto a Apple, habrían conseguido coartar al resto del mercado pactando sus precios, acción que la justicia podría considerar que vulnera las leyes de competencia de Estados Unidos. Por el momento no hay declaraciones públicas de las empresas implicadas, pero parece que llevan semanas buscando una salida a la posible acción legal del Departamento de Justicia.