¿Alguna vez habéis perdido las llaves estando fuera de vuestro hogar? ¿Os las habéis dejado puestas por dentro de casa y habéis tenido que llamar a un cerrajero? Se trata de situaciones desafortunadamente muy habituales en el día a día que, si no entran en las coberturas del seguro de hogar contratado, conllevan gastos extra. Sin embargo, se empiezan a vislumbrar conceptos que revolucionarán por completo la manera en la que entramos o salimos de nuestras viviendas.
Son muchas las tecnologías que podrían adaptarse a la seguridad de la entrada de una vivienda: El uso de claves de desbloqueo, el reconocimiento facial, el reconocimiento de la voz o la huella dactilar podrían convertirse en los principales sustitutos de las cerraduras tradicionales.
El sector de la cerrajería también está expuesto a la revolución tecnológica, y en las últimas décadas ha evolucionado mucho el diseño de las llaves y cerraduras: si antes eran más grandes y aparatosas, hoy son mucho más discretas. Sin embargo, la tecnología avanza a gran velocidad y puede que el siguiente gran cambio en este sector sea la desaparición por completo de la llave física.
Al igual que desbloquear un teléfono móvil a través de un sistema de reconocimiento facial ya es una realidad, puede que pronto asistamos al salto de esta tecnología a las puertas de los hogares. Aunque hoy todo esto nos sorprenda, lo más probable es que solo se trate del principio y que con el paso del tiempo se acaben desarrollando sistemas mucho más eficaces y adaptados.
Este conjunto de avances tecnológicos podría englobarse dentro de un nuevo concepto de cerradura electrónica o digital. Se trata de sistemas fáciles de usar y que ofrecen más garantías que los sistemas tradicionales. Las cerraduras electrónicas abren la puerta, por tanto, a una mejora en la seguridad en los hogares basada en futuros avances tecnológicos.