Un equipo de astrónomos ha publicado recientemente un trabajo en la revista Nature informando de que hay agujeros negros tan próximos que su actividad puede detectarse gracias a la luz que despiden sus estallidos, y puede visualizarse por medio de un telescopio nada sofisticado.
Mariko Kimura, investigador principal del artículo y estudiante de la Universidad de Kyoto, ha asegurado: “Ahora sabemos que podemos hacer estas observaciones basadas en rayos ópticos –es decir, en luz visible– y que los agujeros negros se pueden observar sin necesidad de potentes telescopios de rayos X o rayos gamma”. Hasta ahora se pensaba que solo los rayos X podían proporcionar información de interés para estudiar el comportamiento de los agujeros negros, pero este descubrimiento ha probado que los rayos ópticos también pueden facilitar datos fiables de observación.
Para ello, el observador debe fijarse en las luces parpadeantes que despiden los gases característicos que rodean este tipo de fenómeno astronómico.
En su estudio, el equipo de investigadores ha puesto su atención en uno de los sistemas binarios más cercanos a la Tierra, el V404 Cygni, que está compuesto por un agujero negro y una estrella compañera. En el curso de las observaciones de este sistema, los astrónomos llegaron a la conclusión de que los patrones de fluctuación óptica detectados guardaban una correlación con los rayos X.
Al irradiar y calentar el disco de acreción que rodea el agujero negro, los rayos X emiten a su vez rayos ópticos, que sí son observables por medio de un telescopio de aficionados que tenga las suficientes prestaciones. Pero lo cierto es que no es necesario un telescopio profesional para captar estos accidentes.
Interesa añadir, para terminar, que en las observaciones también han participado investigadores de otros usos horarios. Por lo que respecta a España, colaboraron expertos de la Universidad de Huelva y el Observatorio astronómico de Cantabria.