Hacer ejercicio en cintas de correr no es algo únicamente reservado para la gente joven, los mayores de 65 años también pueden disfrutar de los beneficios que esta práctica genera.
Hay diversos estudios que demuestran que cuando una persona camina a un paso ligero, con ganas y energía, tanto en la calle como en una cinta de correr, tres días por semana durante media hora, mejora ligeramente la densidad mineral ósea de la columna. La neurocientífica Wendy Suzuky del Centro Universitario de Nueva York para la Ciencia Neuronal, afirma que la práctica de ejercicio ayuda a mejorar las funciones motrices de la gente que está envejeciendo, y a la memoria de aquellas personas que comienzan a sufrir demencia.
Las cintas de correr pueden ser el gran aliado de la gente mayor a la hora de comprometerse con la práctica de ejercicio regular. De esta forma se evita que las condiciones meteorológicas que tanto afectan a las personas de mayor edad, como el frío y la lluvia en invierno, o el exceso de calor en verano, impidan la práctica de ejercicio regular. Además si esta práctica se realiza desde un gimnasio los beneficios no serán solo de nivel físico, sino también anímico, ya que se sale de la zona de confort y se establecen nuevas relaciones que al mismo tiempo fomentan el compromiso con la práctica de ejercicio.
Sin embargo, la gente mayor tiende a cometer varios errores generalizados a la hora de usar las cintas de correr. El más común es el de agarrarse a las barras laterales de la cinta de correr si no hay necesidad física de ello. Es decir, si la persona no necesita ningún tipo de apoyo para caminar, apoyarse en las barras laterales puede provocar dolores de espalda y dolores musculares, ya que es una postura incorrecta y forzada que además no permite enderezar el cuerpo en su totalidad.
Cintas de correr para la tercera edad
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vía @UniversoDig