Las cintas de correr son unas de las máquinas más utilizadas para hacer ejercicio, pero también son uno de los aparatos deportivos que más lesiones producen debido al uso inadecuado que se hace de ellos. Solo en Estados Unidos en el año 2013 se produjeron 24.000 asistencias por lesiones causadas en cintas de correr.
Por eso, desde Johnson Fitness recomiendan que antes de subirse a una cinta, se tomen una serie de precauciones para evitar lesiones. Uno de los errores más comunes es saltarse el calentamiento previo, con lo que se produce un mayor agotamiento, incrementando el riesgo de lesiones musculares. Para evitarlo es conveniente comenzar el entrenamiento andando e ir aumentando la intensidad de manera progresiva para acabar el ejercicio andando de nuevo durante cinco minutos.
Otro error es posicionarse en la parte delantera de la cinta, pegado al monitor, ya que se dificulta el movimiento de brazos y piernas. Para conseguir un mayor margen de movimiento se debe aprovechar toda la longitud de la cinta, tanto en carreras suaves como cuando se aumenta el ritmo. Por otro lado, lo ideal es que el movimiento de los brazos esté lo más coordinado posible con el de las piernas para evitar contusiones y optimizar los resultados del ejercicio, por lo que sujetarse a la barandilla de la cinta de correr, lejos de aportar seguridad, puede incrementar el peligro. En este sentido Johnson Fitness también recuerda que las cintas poseen espacios destinados a depositar la botella de agua, evitando que tengamos objetos en la mano que puedan producir una pérdida de equilibrio o de reflejos.