El sector asegurador es uno de los que ha tenido mayor crecimiento en España. Incluso, según informó Pilar González de Fruto, presidenta de Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, a Radio Intereconomía “es uno de los más estables en la economía española”. De acuerdo con el informe El mercado español de seguros en 2017 de Mapfre, La Comunidad de Madrid (con 1.607 euros por persona), Cataluña (1.494 euros), Navarra (1.485 euros) y Aragón (1.382 euros) son las comunidades autónomas que están por encima de la media en gasto en productos aseguradores.
Al contratar un seguro, el cliente puede hacerlo de dos formas: con una correduría de seguros o mediante comparadores de seguros. A continuación, explicamos la diferencia entre ambos modelos.
Correduría de seguros
Es una entidad que actúa como intermediaria entre la compañía aseguradora y el tomador. De esta manera, ofrece una atención mucho más personalizada. Como el corredor no está ligado a ninguna empresa del sector, su oferta es objetiva. Según el perfil del usuario, explicará las coberturas y condiciones de una determinada compañía. Así, guiará al cliente de acuerdo con sus necesidades.
Entre las funciones de las corredurías está la gestión y administración de los trámites relacionados con el seguro. Por su parte, el corredor servirá de asesor del tomador en caso de siniestro.
Estas empresas se rigen por la ley de mediación de seguros y reaseguros, lo que les otorga profesionalidad y credibilidad. Además, un asesoramiento mucho más capacitado. Mutuarisk es una de las entidades que ofrece este servicio. La correduría de seguros de Barcelona trabaja con las empresas líderes del mercado, con el objetivo de garantizarle a sus clientes la protección de su familia, hogar, vehículos, negocios…
Comparador de seguros
Es una herramienta online que permite comparar opciones y precios. Suele ser una página web que cuenta con una amplia base de datos de diferentes tipos de seguros y empresas. Así, dependiendo de las características que delimite el usuario, ofrecerá un determinado servicio. El cliente podrá estimar el precio para su póliza siempre y cuando responda a unas preguntas. El coste final suele ir en función a lo que busca, pero con la cifra establecida por la compañía aseguradora.
Una vez que el cliente haya evaluado las opciones que encajan con sus requisitos, podrá contactar con la compañía que prefiera para empezar a tramitar su contrato. Se trata de una forma sencilla, pero menos personalizada y profesionalizada, ya que no se puede obtener un análisis pormenorizado de las necesidades.