robot prisión

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HitchBOT era del tamaño de un niño de seis años y contaba con un cuerpo hecho con un cubo, paneles solares para recargar sus baterías y extremidades hechas con cilindros de espuma como los que los niños utilizan en las piscinas para flotar Era también un experimento social en forma de robot que ha estado recorriendo, haciendo autoestop, tres países. El fin de semana pasado fue destruido en Filadelfia (EE UU), mientras esperaba a un buen samaritano para continuar su viaje por carretera en Estados Unidos.

Imágenes recogidas por una cámara de seguridad muestran a un individuo vestido con una camiseta del equipo de fútbol profesional Philadelphia Eagles pateando repetidamente a HitchBOT y cogiendo algunas de sus partes en la madrugada del sábado.

Sus dos creadores, los investigadores canadienses David Harris Smith y Frauke Zeller, que aprovecharon restos de viejos electrodomésticos para montarlo, han afirmado que están valorando la posibilidad de reconstruirlo. El propio robot se mostró optimista sobre el futuro; en su cuenta de Twitter, HitchBOTanunció: «Vaya, mi cuerpo ha sido dañado, pero sigo viviendo con todos mis amigos. ¡A veces a los robots buenos les pasan cosas malas!».

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