Tim Berners-Lee, uno de los inventores de la world wide web, se siente a disgusto con el internet actual y, por ello, se ha propuesto reinventarlo. El uso que le damos hoy en día a la red de redes ha tomado un sentido diferente del que esperaba Berners-Lee unas décadas atrás al considerarlo una poderosa herramienta para espiar, monitorizar y controlar a los usuarios en particular y a toda la población en general.
Por ello, este pionero de la comunicación digital ha formado un equipo de trabajo con otros expertos a fin de recuperar la red de redes para el público, es decir, a fin de volver a descentralizar internet de manera que escape de las garras de gobiernos y grandes empresas.
Los datos ya no circulan libre e indefinidamente por la red, sino que más bien son fiscalizados y filtrados, cuando no directamente censurados, por algo así como una interpol del mundo digital.
En el equipo de Berners-Lee encontramos a Brewster Kahle, autor de Internet Archive y activista de la red. En unas declaraciones recientes, Kahle nos llamaba la atención sobre el hecho de que «Edward Snowden nos ha mostrado que, sin darnos cuenta, con la web hemos construido la red de vigilancia más grande del mundo. Así, por ejemplo, China puede hacer imposible que gente de allí lea ciertas noticias, y unos pocos proveedores de servicios son los que organizan tu experiencia. Sin embargo, tenemos la capacidad de cambiar todo eso».
Para ello, hay que apostar por la descentralización de los contenidos siguiendo el ejemplo, sin ir más lejos, de Bitcoin y su tecnología basada en la cadena de bloques. Otra fuente de inspiración pueden ser los sistemas que funcionan por P2P (peer to peer), es decir, canales de transmisión de información establecidos directamente entre usuarios particulares.